En la época modernista las familias burguesas contrataban a los arquitectos para construir sus casas y dar a conocer al resto de la sociedad su poder y categoría. Un caso muy conocido es el del triángulo de la discordia en Paseo de Gracia donde se demuestra la rivalidad profesional entre Domènech i Montaner, Puig i Cadafalch y Antoni Gaudí. Como lo que se podía ver de forma más evidente era la parte externa de los edificios, los artistas se esforzaban mucho en decorarlas y hacerlas únicas.

Triángulo de la discordia

Triángulo de la discordia

Paseando por el centro de Barcelona es fácil descubrir fachadas curiosas, que llaman mucho la atención ya que parecen cuadros pintados por artistas de otros tiempos. Edificios donde se podría pensar que el arquitecto quiso ir mucho más allá del diseño meramente estructural. Hablamos de fachadas donde se les ha aplicado la técnica del esgrafiado. Esta técnica consiste en hacer incisiones o rascar, con una herramienta especial llamada estilete, la parte del cuerpo del objeto o pared de forma que quede al descubierto la capa inferior. El esgrafiado se aplica sobre el rebozado de un muro, sobre objetos de cerámica, lápidas y, en la edad media, sobre manuscritos en las ilustraciones en oro. Dibujos sobre otras superficies, grabados como si fuera un tatuaje. Contando una historia, dando información de lo que ocurrió en la época en que se crearon.

Procès restauració esgrafiats carrer trafalgar

Proceso de restauración de esgrafiados en calle Trafalgar

En las fachadas de La Casa de la Seda, en el corazón de Barcelona, se pueden observar esgrafiados que representan gigantescas figuras de 4 metros de altura siguiendo el modelo de representación clásico de cariátides y atlantes. Como si de columnas greco-romanas se tratase decoran las fachadas de este emblemático monumento del siglo XVIII, vestidos con telas que bien podrían ser tejidos de seda.

Esgrafiats de la Casa de la Seda

Esgrafiados de la Casa de la Seda

¿Recordáis cuando de pequeños pintábamos con ceras de colores para después cubrirlo de un negro oscuro como la noche? A partir de entonces empezaba la magia. Con un palito y trazando un dibujo íbamos descubriendo de nuevo los miles de colores que durante un momento parecía que habían desaparecido para siempre. Y sin saberlo y antes de que se nos cayeran los primeros dientes, habíamos usado la técnica de los esgrafiados.

Esgrafiats infantils

Esgrafiados infantiles

 

Clara Ferrer Decarpentrie